LOS
VIAJES EN
_Abuela estoy aburrido no
se qué hacer- dijo Pelayo.
_ ¿Cómo que estas
aburrido?
_Si, no tengo aquí conmigo
ningún amigo y estoy cansado de mis juguetes.
_Eso de que no tienes
contigo ningún amigo no es cierto, tienes a tu mejor amiga, tu imaginación, que
siempre está junto a ti, lo que pasa es que ahora como no le haces caso está
dormida, pero no tienes más que darle un toquecito y vendrá en tu ayuda y
entones veras lo bien que lo pasas.
_ ¿Y cómo lo hago?
_Ven; escucha, lo primero
que tienes que hacer es llamar al primo Eduardo y después llamáis a los otros
primos; Alicia, Adrian, Laura,
Carlos, María, Alejandro, Pablo, Javier, Raúl, Carolina y Julia.
Y cuando vengan, entre
todos, desplegáis nuestra alfombra mágica y todos juntos nos sentamos en ella y
vamos a explorar nuevos horizontes: Pelayo, Eduardo, todos los primos y la
abuela salieron en busca de aventuras inéditas.
Después de un rato de
estar volando, lo primero que vieron allá abajo fue una gran extensión de un azul
intenso y maravilloso salpicado de pequeños copos blancos y rizados y en aquel
inmenso manto infinidad de manchas de todos los tamaños y en todos los tonos de
verdes, ocre y marrón.
_Mirad
niños, esto es el Mar Mediterráneo, los puntitos blancos que veis es la espuma
de sus olas y esas manchas de colores son las Islas Griegas.
_Yo creía que eso estaba
muy lejos de nuestra casa
_Pues como podéis ver, con
nuestra imaginación solo tenemos que acercarlas a nosotros y disfrutar de su
belleza.
_ ¿Bajamos a verlas mejor?
_De acuerdo, vamos.
Descendieron
con su alfombra mágica y ya en tierra, se encontraron en un pequeño pueblecito
de pescadores, con calles estrecha y empinadas, que estaban de fiesta; se
celebraba una boda y toda la gente estaba contentísima, había largas mesas
llenas de sencillas y a la vez exóticas viandas y todos, grandes y pequeños,
hombres y mujeres, jóvenes, viejos y niños, comían, bebían y bailaban, unos
bailes preciosos, todos cogidos de las manos y agitando con ella un pañuelo,
formando largas filas y corros y aquel baile le llamaban Sirtaky.
Estuvieron un gran rato
disfrutando con aquella gente tan encantadora y aunque no les apetecía
marcharse de un sito tan alegre tuvieron que hacerlo, porque tenían que
proseguir su viaje.
Subieron a su alfombra
mágica y poco después llegaron otra vez a una región preciosa, donde el mar
tenía un color turquesa por unos sitios
y por otro color esmeralda, acariciaba la arena
blanquísima de la costa y un poco más hacia el interior se podía ver una imponente montaña, coronada
por una gran masa de humo y que por todos los habitantes del lugar era temida,
por misteriosa y maldita.
Al pie de aquel monte
había unos verdes campos de labor así como de diversos grupos de casas donde
vivían buenas gente que se dedicaban a su cultivo; entre ellos había un
muchacho un poco mas bueno y más inocente que los demás, que se llamaba
Venancio, pero al que todos le llamaban Ve, y del que aprovechándose de
su bondad no lo dejaban descansar ningún momento.
_Anda Ve, tráeme
aquel saco de paja.
_ Anda Ve, tráeme
ese haz de leña.
_ Anda Ve, trae
agua de la fuente.
_ Anda Ve, trae el
burro que se ha escapado.
Y así a todas horas; El
pobre Ve estaba harto de
sentirse gobernado por todos sus paisanos y pensaba si no se podría sentir alguna vez libre.
Un día contemplando el
monte tan altivo, con su blanco penacho de humo se sintió atraído hacia
él, pensando en que si viviese allí
arriba nadie podría mandarle nunca más y sería libre; Casi sin darse cuenta
empezó a escalarlo; Ve subía como hipnotizado y cuanto más se acercaba a
su cima, más clara le parecía oír una voz, que lo llamaba, hasta que cuando se
vio rodeado por el humo este se solidifico formándose vagamente una figura un
tanto extraña; Era el mago que habitaba en las entrañas del monte y que al
resoplar producía aquel vapor.
Aunque su aspecto era un
poco impresionante se trataba de un mago bueno; Su voz era amable y
tranquilizadora, cundo le pregunto a Ve como se había atrevido a subir
ya que, todos los habitantes del lugar creían que era un monte maldito; Ve
le contesto que a él no se lo parecía, más bien lo encontraba un sitio sereno y
libre que era lo que el mas deseaba, entonces el mago le pregunto:
_¿Tu quieres ser libre
como los pájaros?
_¡Sería mi mayor ilusión!
Le contesto Ve.
Entonces el mago lo rodeo
con sus brazos, lo envolvió en humo y soplo suavemente sobre él, y Ve
convertido en una nube vaporosa salió flotando por el azul del cielo ¡Ya era
libre! Solo había dejado su nombre
en el monte Ve.
Días después la gente del
pueblo al notar la falta entre ello de Ve empezaron a preguntarse unos a otros
si sabían algo de él.
_¿Sabes algo de Ve?
_ ¿Sabes qué hace?
_No, hace días que no lo
veo.
_ ¿Y tú, lo has visto?
_Si, la otra mañana Ve
subió al monte maldito, pero desde entonces no lo he vuelto a ver.
_ ¿Y tú, tampoco lo has
visto?
_Si, Ve subió al
monte misterioso, pero fue por la tarde.
_No, Ve subió al
monte al anochecer.
Y de esta forma, sin
ponerse de acuerdo entre ellos, todos decían que Ve subió al monte, pero
después nada más se sabía de su desaparición, con lo cual paso a ser otra
leyenda más que añadir al monte que desde entonces dejaron de llamarlo maldito
y tomo el nombre de Ve SUBIO.
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